24.9.12

Dos cuentos de Cecilia Eudave

Hoy leímos dos cuentos del libro Registro de imposibles de Cecilia Eudave, “El oculista” y “Lecciones de piano”. Los comentamos en clase y fueron muy inteligentes y amenas las interpretaciones que se manifestaron.

Los estudiantes nos ofrecerán su interpretación y puntos de vista sobre los relatos y presentarán notas sobre la escritora mexicana.

7 comentarios:

María Magdalena Contreras dijo...


Registro de imposibles
"Lecciones de piano"
Cecilia Eudave

Este cuento narra los recuerdos de infancia de un joven pianista de los cuales no tiene un grato recuerdo pues en ellos refleja una mala experiencia con una profesora que le dio clases de piano, a la cual amaba y odiaba.

Tal vez la amaba porque dentro de él había un poco de admiración secreta por aquella mujer que siempre aprecio de una forma misteriosa, con aquella actitud de enojo y tristeza que ella reflejaba siempre en aquel gran salón de la clase de piano.

Sentía que la odiaba porque ella jamás le prestó la debida atención que a él le hubiera gustado obtener como alumno en formación del piano, y en lo cual él menciona que era bueno para interpretar todas las lecciones que ella le ponía y le exigía ser mejor y perfeccionar la lección.

Me hizo recordar un poco la experiencia de un querido amigo, que siendo aun adolecente se enamoró de su profesora de biología a quién me dijo que amaba en secreto y por eso esta situación fue para él un amor platónico, de esos que nunca podrán ser, de esos amores imposibles pero que sin embargo logran hacer una marca en el corazón de quienes viven esa misma historia, como aquel pianista del relato.

Un poco de la autora:

Cecilia Eudave nació en Guadalajara, México el 11 de abril de 1968. Es escritora, investigadora, profesora y coordinadora de la Maestría en Estudios de Literatura Mexicana en la Universidad de Guadalajara. Pertenece al Sistema Nacional de Investigadores (SNI).

Estudió el doctorado en Lenguas romances en la Universidad de Montpellier. Ha participado en diferentes suplementos y revistas culturales de México y en el extranjero como en la formación de alumnos que han cursado la carrera de letras. En 1990 obtuvo la Beca Nacional Salvador Novo en narrativa que otorga el Instituto Nacional de Bellas Artes, El Colegio de México y el centro Mexicano de escritores. En 1997 fue becada por el Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Jalisco en la categoría Jóvenes Creadores.

Actualmente trabaja como profesora e investigadora en la Universidad de Guadalajara, su línea de investigación gira en torno de la literatura mexicana, la literatura fantástica y el análisis de textos culturales y visuales siendo coordinadora de la Maestría en Estudios de Literatura Mexicana en la misma universidad.

María Magdalena Contreras
Facultad de Pedagogía

Dinorah Beristáin Mexicano dijo...


"El oculista"
Cecilia Eudave

Nuevamente, como en mis comentarios anteriores, considero que el autor nos presenta una metáfora en relación a los sentimientos que a veces nos hacen daño pero que, en ocasiones, podemos sacarlos de nuestro cuerpo; aquí hace una comparación con el amor y desamor, cuando consideramos que estas emociones nos están causando un dolor físico y un dolor a nuestra salud mental y queremos que los demás nos escuchen y entiendan.

Ciertamente, después de leer una y otra vez el texto pude llegar a varias conclusiones aunque en realidad no se cual fue el punto que el narrador nos quiere presentar. La conclusión a la que llegue y que me gusto más, fue que tal vez sea una comparación de “B” paciente y oculista “terapeuta”.

Paciente: relata su problema.
Terapeuta: escucha.

Y donde nos menciona que le accede a extirparle el ojo es ayudarle a sacar esos sentimientos guardados después de estar enamorado y no ser correspondido, así también dice: “seguí viendo a “B” hasta que sanó la herida”. Tal vez sea ese proceso terapéutico que al final se logró con el objetivo curativo de sanar esas heridas.

Y por ultimo, nos dice la lectura:
-¿Estás seguro que extirpar el ojo fue la mejor decisión? ¿no extraña a veces esas imágenes? ¿esa insólita particularidad en su persona?
-Si pero la vida es más que una imagen.

Me lleva a pensar que a veces, como seres humanos, presentamos problemas y buscamos ayuda y la persona que nos tiende la mano para salir adelante nos presenta soluciones de apoyo o simplemente apoya nuestras soluciones. Entonces podría hacerse la comparación de que el terapeuta le dice que si no extraña la particularidad que tenía al ver la imagen de la mujer en un ojo de la cual estaba enamorado, así como preguntarle, después del proceso de terapia, ¿cómo se siente? Y si B le contesta que la vida no es más que una imagen, es como decir que a veces estamos acostumbrados a que a partir de lo físico llegamos a experimentar situaciones que nos hacen daño y nosotros mismos somos los dueños de tomar decisiones cuando queremos sanar heridas.

Cecilia Eudave

Nació en Guadalajara, México el 11 de abril de 1968. Es escritora, una investigadora, profesora y coordinadora de la Maestría en Estudios de Literatura Mexicana en la Universidad de Guadalajara. Pertenece también al Sistema Nacional de Investigadores (SNI). Estudió el doctorado en Lenguas romances en la Universidad de Montpellier. Ha participado en diferentes suplementos y revistas culturales de México y en el extranjero como en la formación de alumnos que han cursado la carrera de letras. En 1990 obtuvo la Beca Nacional Salvador Novo en narrativa que otorga el Instituto Nacional de Bellas Artes, El Colegio de México y el centro Mexicano de escritores. En 1997 fue becada por el Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Jalisco en la categoría Jóvenes Creadores. Actualmente trabaja como profesora e investigadora en la Universidad de Guadalajara, su línea de investigación gira en torno de la literatura mexicana, la literatura fantástica y el análisis de textos culturales y visuales siendo coordinadora de la Maestría en Estudios de Literatura Mexicana en la misma universidad.

Dinorah Beristáin Mexicano
Facultad de Psicología

María Soledad Zamora Mejía dijo...


"El oculista"
Cecilia Eudave

El relato refleja un enamoramiento extremo, es decir aquel que se toma con tanta fuerza que es capaz de alterar cualquier función de nuestro sistema corporal por mas básica que sea.

La historia comienza con un chico, que tras la visita a varios doctores finaliza con aquel que puede ayudar a solucionar su problema que consiste en que su ojo izquierdo no obedece sus ordenes, en vez de eso continua observando la vida de una mujer de la cual se ha enamorado. Manifiesta inflamación, dolor, enrojecimiento y lagrimeo constante aparentemente provocado por la molestia ocasionada por un objeto de mínimo tamaño en su lagrimal. El problema concluye cuando el joven decide que desea que sea extirpado el órgano en cuestión.

Se puede observar un claro desorden en cuanto al manejo del consciente y del subconsciente, un obsesivo amor que continua aun mas con la persecución; sin embargo, todo da un giro cuando la mujer en cuestión da a entender que el joven no es el único con ese problema. Esto nos lleva a pensar ¿Cuál es la causa de que el ojo izquierdo no obedezca las ordenes del dueño?.

El texto también refleja que cuando las personas caen en los mantos del enamoramiento, en ocasiones el mundo entero se transforma ya que solo se puede pensar en quien se está enamorado y en las acciones, miradas, lágrimas, se ve reflejado una parte de esa persona.

María Soledad Zamora Mejía
Facultad de Medicina

Edgar Levit Ruiz Sánchez dijo...


“El oculista”
Cecilia Eudave

De inicio, se me hace que el personaje B que cuenta la condición de su ojo izquierdo, no lo cuenta a un oculista sino a un terapeuta o a un psicólogo y los pequeños objetos que le salen del lagrimal sólo son recuerdos que le lastiman el alma. Por eso es que va con varios especialistas y al parecer los dos anteriores no le toman en serio y ya es con el tercero el que le entiende. Para mí, no es que le extirpe el ojo sino que le da un tratamiento para poder olvidar o por lo menos para atenuar su dolor que le provoca el estar enamorado de una mujer a la que no puede olvidar y el perder un ojo podría ser el equivalente a saber que la mujer que se ama no será para uno.

Edgar Levit Ruiz Sánchez
Facultad de Ingenieria Mecánica

L. Vania Soto Alemán dijo...


Antes de estas lecturas no había tenido la oportunidad de leer acerca de Cecilia Eudave, escritora, investigadora y profesora mexicana nacida en Guadalajara en 1968, autora del cuento “El oculista”, un cuento que da para comentar mucho al respecto, ya que es un cuento muy rico y al que se le pueden dar diferentes interpretaciones dependiendo de quien lo lea.

En especial este cuento llamó mi atención, la historia habla de una hombre llamado B que asiste a consulta con el oculista ya que refiere que no puede dejar de ver con su ojo izquierdo a una mujer y solo con el derecho puede ver lo que pasa en el mundo real, y digo mundo real ya que desde mi punto de vista el paciente del oculista padece de un trastorno que lo hace estar desconectado de la realidad, pero también le comenta al médico que está cansado de ver lo que ve y que además le causa dolor físico y ardor, entonces el paciente le pide al doctor que lo opere y que le quite el ojo izquierdo para así poder dejar de ver lo que le parece tan desagradable. Creo que el oculista notó que B no estaba bien de la mente y solo le siguió el juego, pero como había comentado anteriormente la interpretación depende de quien lo lea y los lentes con los que se vea.

Este cuento me agradó mucho quizá por la complejidad y variedad en cuanto a los comentarios que se formularon en clase.

L. Vania Soto Alemán
Facultad de Psicología

María Inés Mariano Martínez dijo...


“El oculista”
Cecilia Eudave

Un oculista cuenta la historia de un paciente suyo, que para proteger su identidad lo llamo B, él tenía un problema en el ojo izquierdo porque seguía la vida de otra persona la cual era una mujer; el oculista pensó que su paciente ara un perturbado mental, pero no le dijo nada por la necesidad de conservar a sus clientes. El oculista lo examinó y se dio cuenta que el ojo izquierdo era un rebelde, pues no reflejaba el entorno de lo que veía, sino otras imágenes. B le explicó que su ojo estaba enamorado ya que sólo veía a una mujer como si su ojo la vigilara. B ya había consultado con otros oculistas para que le extirparan el ojo, pero se negaron a sacarle porque el ojo estaba completamente sano, un oculista sólo le sacó un zapato de tacón entre otros objetos que le causaban inflamación. B le contó al oculista su relato sobre esa mujer, él decidió acercarse a ella, pues su locura envolvería su cerebro si no la tocaba y por fin coincidió con ella en una fiesta, y por primera vez sus ojos veían lo mismo; él se dio cuenta que ella no le excitaba verlo, B sintió tristeza pero con unas copas se atrevió a buscarla para hablar con ella. Las circunstancias los permitió estar juntos y ella le dijo que podía llevarse los objetos, podía mirarla, pero jamás tocarla porque así lo quería ella y el ojo. Además no era el único. Al terminar de contar su relato B le dijo al oculista que le extirpara el ojo, ya que B no quería esa relación que lo torturaba. El oculista accedió a sacarle el ojo para estudiarlo pero no descubrió nada; B se había recuperado de su operación y antes que el oculista se marchara, le pregunto: si había sido la mejor solución y que si extrañaba esas imágenes, él le contestó que la vida era más que una imagen.

Yo pienso que los objetos que B lloraba en realidad no eran reales pues se concentraba tanto en lo que su ojo veía, que le dolía recordarlos y no poder tenerlos. En mi opinión pienso que él decidió que le extirparan el ojo porque no sólo se conformaba con ver esas imágenes de ella, sino también tocarla, pero cuando habla con ella; ella le dice que no puede hacerlo, entonces él decide hacer esto para no ver mas y sentir esa tortura. Cuando B le dice al oculista que la vida es más que una imagen, es porque no sólo con una imagen nos damos cuenta de lo que sucede a nuestro alrededor, también podemos saberlo al respirar, saborear, escuchar y tocar.

Este cuento fue muy confuso para mí, pues no sabía lo que realmente le pasaba a B y no pude llegar a una conclusión exacta. Me causaron dudas, pero también fue muy interesante crear ideas sobre el cuento el oculista.

Cecilia Eudave nació en Guadalajara, México el 11 de abril de 1968. Es una escritora, investigadora, Profesora y coordinadora de la Maestría en Estudios de Literatura Mexicana en la Universidad de Guadalajara. Pertenece también al Sistema Nacional de Investigadores (SNI).
Estudió el doctorado en Lenguas romances en la Universidad de Montpellier. Ha participado en diferentes suplementos y revistas culturales de México y en el extranjero como en la formación de alumnos que han cursado la carrera de letras. En 1990 obtuvo la Beca Nacional Salvador Novo en narrativa que otorga el Instituto Nacional de Bellas Artes, El Colegio de México y el centro Mexicano de escritores. En 1997 fue becada por el Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Jalisco en la categoría Jóvenes Creadores. Actualmente trabaja como profesora e investigadora en la Universidad de Guadalajara, su línea de investigación gira en torno de la literatura mexicana, la literatura fantástica y el análisis de textos culturales y visuales siendo coordinadora de la Maestría en Estudios de Literatura Mexicana en la misma universidad.

María Inés Mariano Martínez
Facultad de Administración

José Casas Chávez dijo...


"El oculista"
Cecilia Eudave

Se trata de la historia de este especialista que se encuentra con un paciente que a primera vista es un paranoico, pero al escuchar su padecimiento se llena de curiosidad además de que era un oculista que apenas estaba reuniendo experiencia. Así él se postra seguro y le plantea que juntos van a encontrar la solución. El paciente había ya asistido con otro oculistas que no hallaban su cura solo le recetaban cosas básicas pero no se detenían a analizarlo más objetivamente.

En este cuento participan el oculista, el paciente y la chica pero debo mencionar que ella habla pero solo en la narración que él hace de su padecimiento. El paciente tenía un problema muy serio pues uno de sus ojos veía lo que hacía en el presente y el izquierdo veía a una persona una distancia, este ojo era un rebelde, un loco, estaba enamorado y perseguía a una chica día tras día hasta el grado en el que él podía atraer hacia si los objetos que veía ahí con ella, en una ocasión le dijo a un oculista que había visto anteriormente y le había dicho que sentía en el ojo como una piedrita y al examinarlo el oculista solo dijo que cosas tan pequeñas hacen ahora, era una zapatilla.

Mas sin embargo él había aprendido a controlar el dolor y mientras estaba narrando su historia lloro un cenicero y el oculista se había quedado sin que decir cómo explicarlo. Hubo un momento en el que el la encuentra en persona y ella le dice que puede tomar todo lo que quiera pero que jamás podrá tocarla, creo que de aquí es de donde él toma la decisión de extirparse el ojo pues ella no le quiere y además menciona que él no es el único.

Nadie había querido operarlo pues todos alegaban que estaban sanos sus ojos y que debía ser tratado para algo más. Este nuevo oculista decide ceder con el objeto de estudiar al ojo para llegar a la respuesta de esta anormalidad. Asi B que así lo llamaba el oculista es operado y se recupera y dice que no está arrepentido en haberse extirpado el ojo él dice que la vida es más que una imagen. Creo que él no estaba dañado de la mente, creo que él estaba enamorado pues cuando se está enamorado uno puede estar lo más posible atento a lo que hace pero la mitad de tu mente está pensando en esa persona que tanto se añora.

José Casas Chávez
Facultad de Arqueología