26.2.13

Rulfo y Keret

Ayer leímos y comentamos dos cuentos: "Acuérdate" de Juan Rulfo y “De repente un toquido en la puerta” de Etgar Keret. Conoceremos los comentarios de los estudiantes.

“De repente un toquido en la puerta”, Etgar Keret

—Cuéntame un cuento —me ordena el hombre con barba que está sentado en el sofá de mi sala.

Reconozco que la situación me resulta bastante incómoda, porque yo escribo cuentos, pero no soy un cuenta cuentos. Y además no lo hago por encargo. La última persona que me pidió que le contara un cuento fue mi hijo, hace un año. Inventé algo sobre un hada y un ratón de campo, ni siquiera recuerdo qué, sólo sé que a los dos minutos ya se había quedado dormido. Mientras que la situación de ahora es absolutamente distinta. Porque mi hijo no tiene barba. Ni pistola. Y porque mi hijo me pidió el cuento, mientras que la intención de este hombre es robármelo.
Procuro explicarle al barbudo que si enfunda la pistola será mucho mejor para él. Para los dos, en realidad. Porque es difícil que se te ocurra un cuento mientras te encañonan la cabeza con una pistola cargada. Pero el tipo insiste.

—En este país —explica—, cuando quieres algo, tienes que exigirlo por la fuerza.

Es un inmigrante judío recién llegado de Suecia. En Suecia la situación es completamente diferente. Allí, cuando se quiere algo, se pide educadamente y, por lo general, te lo dan. Pero en el asfixiante y enrarecido Medio Oriente, eso no es así. A uno le basta con pasar aquí una semana para entender cómo funcionan las cosas. O para ser más exactos, para entender cómo no funcionan. Los palestinos pidieron con muy buenos modales un Estado. ¿Se los dieron? ¡Pura mierda! Mientras que cuando pasaron a hacerse volar por los aires en autobuses cargados de niños, empezaron a escucharlos. Los colonos quisieron que se les enviara a alguien con quien dialogar. ¿Les enviaron a alguien? Otra mierda, eso es lo que les enviaron. Pero en cuanto se pusieron a repartir madrazos y a lanzarles aceite hirviendo a los guardias fronterizos, los estamentos empezaron a querer tomar contacto. Este país sólo entiende el lenguaje de la fuerza y no importa que se trate de un asunto de política, de economía o de un lugar de estacionamiento. Aquí sólo entendemos la fuerza.

Suecia, el lugar desde el que el barbudo ha inmigrado, es un país progresista y avanzado en no pocos campos. Porque Suecia no es sólo ABBA, IKEA y el Premio Nobel. Suecia es todo un mundo de cosas, y lo muchísimo que tienen lo han conseguido exclusivamente por las buenas. En Suecia, si se le hubiera ocurrido ir a casa de la vocalista de Ace of Base y tocar la puerta para pedirle que le cantara una canción, ella le habría preparado una taza de té, habría sacado la guitarra de debajo de la cama y se habría puesto a tocar. Y todo con una sonrisa. ¿Pero aquí? Si no trajera una pistola en la mano seguramente yo lo habría echado a patadas escaleras abajo.

—Mira… —le digo intentando que entre en razón.

—Nada de mira —exclama furioso el barbudo tomando el arma—, o el cuento o un balazo en la cabeza.

Así que comprendo que no tengo alternativa, que el tipo va completamente en serio.

—Hay dos personas sentadas en una habitación —empiezo—, cuando de repente alguien toca la puerta con los nudillos.

El barbudo se yergue. Por un momento creo que el cuento lo ha atrapado. Pero no. Está escuchando otra cosa. Y es que realmente hay alguien tocando la puerta con los nudillos.

—Abre —me dice—, y no intentes nada. Échalo de aquí lo más deprisa posible, porque si no esto va a acabar muy mal.

El joven de la puerta es un encuestador. Quiere hacerme unas cuantas preguntas. Muy cortas. Sobre la elevadísima humedad que hay aquí en verano y cómo ésta afecta a mi estado de ánimo. Le digo que no quiero que me haga la encuesta, pero él, de todos modos, se cuela.

—¿Quién es? —me pregunta, apuntando hacia el barbudo.

—Es mi sobrino, de Suecia —le miento—. Ha venido para enterrar aquí a su padre que ha muerto en un alud de nieve. En estos momentos estábamos mirando el testamento. ¿Serías, pues, tan amable de respetar nuestra intimidad yéndote ahora mismo?

—¡Vamos! —me dice el encuestador, dándome una palmadita en el hombro—, si son cuatro preguntitas de nada. Deja que este buen hombre se pueda ganar el pan. Me pagan por encuesta hecha.

Se desparrama en el sofá con su carpeta. El sueco se sienta a su lado. Yo sigo de pie, intentando parecer convincente.

—Te ruego que te vayas —le digo—, has llegado en mal momento.

—¿Cómo que en mal momento? ¿Porque no soy lo suficientemente blanco? Para los suecos veo que sí dispones de todo el tiempo del mundo, pero para este marroquí que, como soldado recién llegado del frente del Líbano, ha dejado allí la vida, para este don nadie, no tienes ni un triste minuto.

Intento explicarle que eso no es así, que simplemente se le ha ocurrido llegar en un momento delicado para el sueco y para mí. Pero el encuestador se acerca el cañón de su pistola a los labios indicándome que me calle la boca.

—Ya —me dice—, déjate de excusas. Siéntate ahí en el sillón y desembucha.

—¿Que desembuche qué? —le pregunto.

La verdad es que ahora sí estoy nervioso. El sueco también tiene una pistola y aquí se puede llegar a armar un verdadero enfrentamiento entre Oriente y Occidente o algo así, por la diferencia de mentalidad. O hasta quizá resulte que al sueco le dé por enloquecer porque quería el cuento para él solito.

—No intentes engañarme —me amenaza el encuestador—, tengo la mecha corta. Vamos, suelta ya de una vez un cuento.

—Eso —se le une el sueco, con una sorprendente complicidad mientras también me apunta con su arma y yo carraspeo para volver a empezar.

—Tres personas están sentadas en una habitación…

—Y nada de "de repente tocan la puerta con los nudillos" —me advierte el sueco.

El encuestador no entiende a qué se refiere, pero le sigue la corriente.

—Suéltalo ya —exclama—, y sin toquidos en la puerta. Cuéntanos otra cosa. Algo que nos sorprenda.

Callo un momento y tomo aire. Los dos tienen la mirada fijada en mí. ¿Por qué tendré que verme siempre en situaciones como éstas? A Amos Oz o a David Grossman nunca les pasaría algo así. De repente se oyen unos golpecitos en la puerta. La mirada de concentración de los dos se vuelve ahora amenazadora. Yo me encojo de hombros. No tengo nada que ver con eso, ni mi cuento tiene nada que ver con ese toquido en la puerta.

—Deshazte de él —me ordena el encuestador—, sea quien sea, dile que se largue.

Abro la puerta sólo una rendija. Es un repartidor que trae una pizza.

—¿Eres Keret? —me pregunta.

—Sí —le digo—, pero yo no he pedido ninguna pizza.

—Aquí dice Zamenhof 14—insiste, agitando una nota delante de mis narices y metiéndose a la casa.

—Lo dirá —le contesto—, pero yo no he pedido ninguna pizza.

—Una familiar —se empecina él—, mitad piña, mitad anchoas. Está pagada. Con tarjeta. Sólo tienes que darme la propina y me largo volando.

—¿Tú también has venido por el cuento? —le pregunta el sueco.

—¿Qué cuento? —se extraña el repartidor de pizza.

Pero se le nota que miente, porque es muy mal actor.

—Vamos, sácala —le espeta el encuestador—, saca la pistola de una vez.

—No tengo ninguna pistola —confiesa el repartidor, dejando asomar, sin embargo, de debajo de la caja de cartón, un largo cuchillo de carnicero—, pero lo haré picadillo si no se inventa enseguida una buena historia.

Ahora están los tres sentados en el sofá. El sueco a la derecha, a su lado el repartidor y a la izquierda el encuestador.

—Yo así no puedo —les digo—, no se me va a ocurrir ningún cuento si están ahí los tres con la tontería de las armas. Salgan un rato a dar una vuelta y cuando vuelvan veré si les tengo algo preparado.

—Lo que va a hacer el mierda éste es llamar a la policía —le dice el encuestador al sueco—. Cree que nos chupamos el dedo.

—Vamos, échate uno y nos vamos —me suplica el repartidor de pizza—, uno cortito. No seas tacaño, los tiempos que corren son muy malos, entre el desempleo, los atentados y los iraníes. La gente está sedienta de otra cosa. ¿Qué crees que nos ha traído hasta tu casa a unas personas normalitas como nosotros? La desesperación, hombre, la desesperación.

Yo asiento y vuelvo a empezar.

—Cuatro personas están sentadas en un sofá. Hace calor. Se aburren. El aire no funciona. Uno pide un cuento. Los demás le hacen coro…

—Eso no es un cuento —exclama irritado el encuestador—, eso es un informe de la situación, de lo que en este momento está pasando aquí. Precisamente de lo que estamos intentando escapar. No nos recicles la realidad como el camión de la basura. Dale a la imaginación hermano, inventa algo, vamos, lo más increíble posible.

Vuelvo a empezar.

—Un hombre está sentado en una habitación. Está solo. Es escritor. Quiere escribir un cuento. Ha pasado mucho tiempo desde que escribió su último cuento y siente una fuerte añoranza. Echa de menos la sensación de crear algo a partir de algo. Sí, algo a partir de algo. Porque eso de crear algo de la nada es para cuando de verdad se inventa algo. Y eso ni vale la pena ni es gran cosa. Mientras que crear algo a partir de algo quiere decir saber descubrir algo que ya existía todo el tiempo en ti y descubrirlo a través de algo que ha sucedido y que nunca antes había pasado. Finalmente, el hombre decide escribir sobre la situación. No sobre la situación política, ni tampoco sobre la situación social del país. Decide escribir un cuento sobre la situación humana, o mejor dicho, sobre la condición humana tal y como él la está experimentando en ese mismo momento. Pero no se le ocurre nada. Porque la situación humana, tal y como él la está viviendo en ese momento, según parece, no merece ningún cuento. Está a punto de renunciar a la idea cuando de repente…

—Ya te lo he advertido —me interrumpe el sueco—, nada de toquidos en la puerta.

—Es que tiene que ser así —me empeño yo—, sin que toquen la puerta no hay cuento.

—Déjalo —dice el repartidor de pizza suavemente—. Dale un poco de libertad. Si quiere que toquen la puerta, pues que la toquen. ¡Lo que sea, con tal de que nos cuente un cuento de una vez!

13 comentarios:

Alejandra Libertad Rivera Rojas dijo...

De repente un toquido en la puerta - Comentario
Sobre el autor:
Etgar Keret es un escritor israelí que utiliza el humor negro, el surrealismo y lo grotesco para escribir sus cuentos y guiones.
Siente una fascinación por el humor de las series norteamericanas y los "finales felices" de las películas comerciales estadounidenses.

Sobre el cuento:
Este cuento me pareció realmente interesante. El corte cortazariano que maneja es lo que la da toda la tensión necesaria para considerarlo un gran cuento, y es que la historia de nunca acabar es tan parecida a "Continuidad de los parques" que no puedo dejar de pensar en Cortázar cada vez que releo el cuento de Keret.

Hay más razones para que Keret y Cortázar se entrecrucen, éste último menciona tres elementos fundamentales del cuento y Keret hace una reflexión sobre esos elementos dentro de su cuento.
El primer elemento que menciona Cortázar es la significación, y es que el autor nos dice al inicio del relato lo que es para él escribir cuentos. El segundo elemento, según Cortázar, es la intensidad, y me parece que está más que explicada al momento en el que toda la acción pasa, las situaciones con los otros tres personajes y el cómo busca el protagonista solucionar los problemas. La última característica del cuento es la tensión y es que sin "de repente un toquido en la puerta" no puede existir la tensión, algo debe de perturbar ese momento o de lo contrario no habrá historia.

La reflexión sobre como se crea algo a partir de algo es importante también. Me recuerda al concepto socrático del arte por imitación, pues tal parece que la creación del arte, en este caso la literatura, tiene que darse a partir de una situación y no simplemente de la nada.

El contexto que maneja es interesante, en especial por el estilo de Keret, pues el autor, admirador del humor norteamericano, me parece que intenta hacer una parodia de la comedia estadounidense pero con un tinte más serio. Resulta que un judío que regresa de Suecia y dice que en "este país las cosas se piden a la fuerza", un repartidor y un encuestador dirigen mi pensamiento hacia Estados Unidos, pues el estereotipo de trabajo de los dos últimos personajes me remite a las tierras norteamericanas.

Finalmente puedo decir que el cuento me pareció muy bueno, muy disfrutable y con un contenido que nos da mucho para reflexionar sobre el género del cuento, la literatura y el arte en sí.

Alejandra Libertad Rivera Rojas
Facultad de Letras Españolas

Alejandra Libertad Rivera Rojas dijo...

Acuérdate - Comentario

Sobre el autor:
Juan Rulfo fue un escritor mexicano, conocido principalmente por su magistral obra Pedro Páramo. Rulfo era, más que un escritor, un fotógrafo en cuyas fotografías también podemos ver su alta fijación por la vida de campo en el país mexicano.
(SI ALGUIEN SE MUESTRA INTERESADO EN LA OBRA DE RULFO COMO FOTÓGRAFO LES DEJO EL SIGUIENTE LINK: http://www.clubcultura.com/clubliteratura/clubescritores/juanrulfo/galeria100_01.htm )

Sobre el cuento:
Rulfo y la fotografía. Rulfo y el recuerdo. La fotografía y el pasado. Me parece simplemente impresionante como Rulfo es capaz de combinar (aunque no lo parezca) la fotografía con sus escritos. La fotografía está en tiempo pasado, incluso al momento de ser tomada ya es parte del pasado. Rulfo siempre recurre al recuerdo en sus escritos y en este cuento no es la excepción, desde el título podemos notarlo.

Me gusta imaginarme a dos compadres platicando una tarde cualquiera y entonces uno de ellos decide recordar a Urbano Gómez. Esta imagen hace para mí una lectura muy fluida y divertida y con un trasfondo. Es esta misma imagen de los compadres platicando la que me hace ver que un recuerdo no siempre es una cosa, en menos de dos cuartillas el recuerdo de un solo hombre nos conlleva a imaginar a gran parte de su familia. Es importantísimo que se mencione a la familia, de lo contrario no sabríamos el estilo de vida, el contexto en el que se desenvolvía el personaje a recordar. Y es que los recuerdos funcionan así, una cosa te lleva a otro y aunque se tratan de dar las mínimas referencias siempre tendremos todo un mundo que nos conecta con ese pequeño instante que intentamos recordar.

Este cuento, como el resto de la obra de Rulfo (o al menos la que he tenido oportunidad de leer) me parece magistral. Las imágenes que describe también son extraordinarias y todavía me parece increíble la capacidad de adjuntar dos artes de manera tan simple y a la vez tan compleja.

Nunca me ha gustado la comparación entres autores, en especial la que es entre autores de distintos países, pero, por lo menos para mí, Rulfo tiene una mejor forma de reflejar la soledad latinoamericana que García Márquez (aunque quizá se deba a que yo soy mexicana). Urbano Gómez y todos los personajes que lo rodean muestran el sentimiento de la soledad de una manera personal y profunda.

Cada cuento de Rulfo me daría para hablar y seguir hablando. Es impresionante como usa el recurso del recuerdo como un sentimiento de añoramiento a ese México campirano, no sólo expresado en sus cuentos sino también en sus fotografías.

Hay que saber leer a Rulfo, interiorizar en sus personajes y sobre todo en el contexto que utiliza para darnos cuenta que sus relatos van más allá de un texto que habla de un hombre que vivía en un pueblo.

Alejandra Libertad Rivera Rojas

Facultad de Letras Españolas

Contreras Martínez Silvia Esmeralda dijo...

"De repente un toquido en la puerta"
Etgar Keret


"De repente un toquido en la puerta" es un cuento del narrador israelí Etgar Keret. Etgar Keret, quien nació el 20 de agosto de 1967, es un escritor de cuentos cortos, guionista de televisión y director de cine israelí, considerado el máximo exponente de la narrativa moderna en hebreo, por su empleo del lenguaje corriente para contar historias donde la vida cotidiana, el humor negro, el surrealismo, lo grotesco y lo infantil forman parte de un mismo universo.

El cuento toma lugar en el medio oriente. Trata sobre un hombre (el mismo Etgar Keret) quien es amenazado por tres sujetos, un inmigrante judío, un encuestador marroquí y un repartidor de pizza para que les cuente una historia, no cualquier historia, sino una verdaderamente buena.

Para mí el cuento es un tanto desconcertante, ya que los tres hombres tenían un mismo objetivo, arrebatar a la inspiración de Etgar Keret una historia, aunque la violencia sea el vehículo para conseguirlo. Tal vez su único objetivo era, a través de dicho cuento, escapar de la realidad donde vivían, una realidad violenta, donde solo se entendía el lenguaje de la fuerza.

En mi opinión el cuento es muy interesante y entretenido, ya que cuando Keret está a punto de contar la historia alguien más da, de repente, un toquido en la puerta, hecho que impide que él no cuente a los personajes el cuento, pero que a la vez permite que la historia continúe.

Este cuento despertó mi interés e imaginación ya que es cúmulo de historias, personajes y situaciones inimaginables.



Contreras Martínez Silvia Esmeralda
Facultad de Contaduría y Administración

Miriam Magali Landa Landa dijo...


Para comenzar, puedo decir que el auor de este cuento, Etgar Keret es un escritor de cuentos cortos, guionista de televisión y director de cine israelí, considerado el máximo exponente de la narrativa moderna en hebreo, por su empleo del lenguaje corriente para contar historias donde la vida cotidiana, el humor negro, el surrealismo, lo grotesco y lo infantil forman parte de un mismo universo.

En lo personal, este cuento me pareció muy interesante debido a que plantea en cierta forma cómo es que un autor lleva el proceso de escribir o mas bien de plasmar sus ideas. De igual forma, considero que la trama del cuento nos permite a nosotros como lectores adentrarnos en las circunstancias en las que se desenvuelve el mismo, ademas de que conforme se va desarrollando, nos va atrapando mas y mas... manteniendonos interesados y especulando sobre cómo es que concluirá o que nuevo personaje aparecerá en escena.

Me pareció muy interesante como se maneja la comparación entre la " cultura" de cada personaje que interviene relacionándolo con su lugar de origen, aspecto que fue desde mi parecer acertado para comprender mejor los sucesos que ocurrían y las actitudes que los personajes tomaban ante determinada situación.

Para concluir, puedo decir que este cuento me mostró en cierta forma, como es el proceso que se lleva a cabo al escribir un cuento, ya que como lo vimos, las ideas surgen de manera espontanea y de este mismo modo deben plasmarse, darles seguimiento e involucrarse en el cuento para poder entenderlo de mejor forma... me pareció un muy buen cuento!

Miriam Magali Landa Landa
Facultad de Contaduría Y Administración

Fuentes Tomás José Antonio dijo...

Etgar Keret (hebreo, אתגר קרת; Tel-Aviv, 20 de agosto de 1967) es un escritor de cuentos cortos, guionista de televisión y director de cine israelí, considerado el máximo exponente de la narrativa moderna en hebreo, por su empleo del lenguaje corriente para contar historias donde la vida cotidiana, el humor negro, el surrealismo, lo grotesco y lo infantil forman parte de un mismo universo.
Sobre la lectura, como lo mencioné en clase, me hizo establecer una analogía con los números naturales. Cabe mencionar, que la carrera que estudio actualmente es Licenciatura en Matemáticas, sin embargo no comparten todas las características con dicho conjunto, técnicamente. Fue una de las ideas inmediatas que obtuve al comprender el cuento.
El círculo sin fin me recuerdan a películas como Fight Club, un clásico de David Fincher o Carnage, película reciente en 2012 de Roman Polanski. Comparto la idea de que podría ser una gran película con bajo presupuesto, como lo dijo una de mis compañeras.
Me impactó como es que una situación tan sencilla y un poco exagerada, claro, lo menciono porque no es común tener a un árabe en casa amenazándome con una pistola solo por un cuento y que lleguen más personajes apoyando la idea. El hecho de interrumpir una historia y simultáneamente hacerla más extensa fue increíble para mi. Cuentos como éste realmente me apoyan con el propósito de la asignatura, fomentar el disfrute a la lectura.
Personalmente, me había considerado un analfabeta funcional o lector elemental y este pequeño cuento aumentó mi interés.


Fuentes Tomás José Antonio
Facultad de Matemáticas, UV.

vero platas dijo...

"de repente un toquido en la puerta"
Ergar Keret.
Keret nació en Ramat Gan, Israel en 1967, de raíces polacas.Inició su carrera literaria al publicar Tzinorot (Tuberías, 1992), una colección de cuentos cortos que pasó desapercibida.
En 1993 ganó el primer premio en el Festival Alternativo de Acre por Entebbe: El Musical, que escribió al alimón con Jonathan Bar Giora. Su segundo libro, Ga'aguai Le'Kissinger (Extrañando a Kissinger, 1994), formado por cinco cuentos muy cortos, fue más exitoso y cobró notoriedad pública.
sobre el cuento creo que muestra la forma mas sencilla de escribir un cuento y que puede ser con mayor facilidad plasmar las ideas porque trata de la vida diaria y común de la gente.
En lo personal creo que leer este tipo de cuentos hace que podamos ponernos un momento en la vida o en las circunstancias que están viviendo los personajes.
Me resulto muy interesante leer este tipo de cuento.

Verónica Platas Salazar.
Facultad de Contaduría y Administración

Victoria Lizeth Ramírez Sánchez. dijo...

Edgar Keret es un escritor Israelí que publicado libros de relatos, una novela y cómics, todos ellos best-sellers en Israel. Su obra ha sido traducida a treinta idiomas y ha merecido diversos premios literarios. Numerosos cortometrajes se han basado en sus relatos, e incluso uno de ellos ganó el American MTV Prize en 1998. Actualmente es profesor adjunto en el departamento de Cine y Televisión de la Universidad de Tel Aviv.
Es, como comenté, una buena película de bajo presupuesto. Sin salir de la sala de estar el cuento te atrapa y con cada línea te causa la necesidad de saber más. Claro, el inicio tan dramático de la historia ayuda bastante.
Pero es, por mucho, más profundo que cualquier película que haya visto, a pesar de no ser largo, logra tratar temas que no son tan sencillos de abordar y lo hace de una manera interesante y no aburrida.
Considero que los personajes de su historia, representan la cultura de lugares totalmente diferentes, pero que han captado la esencia del lugar donde se desarrolla la historia y aprenden a conseguir las cosas de esa manera. De ellos se vale para exponer temas que en otro contexto parecerían un documental y se tornaría aburrido. Te da entender un entorno bastante difícil en el país como para llegar a esta situación tan extremista.
Me agrada también el hecho de que dentro del mismo cuento deje ver algo de cómo es su postura como escritor, en lo que se basa para sus obras y el objetivo de esta historia (“Finalmente, el hombre decide escribir sobre la situación. No sobre la situación política, ni tampoco sobre la situación social del país. Decide escribir un cuento sobre la situación humana).
Mejor final no pudo haber encontrado, le da sentido al título del cuento, se entiende el punto y aún así, nos deja con ganas de más.

Victoria Lizeth Ramírez Sánchez
Facultad de Bioanálisis.

Mildret Meredit Ramirez Alarcon dijo...

"de repente un toquido en la puerta" Etgar keret.

sobre keret:
Nacido en Tel Aviv en 1967, Etgar Keret es, hoy en día, el escritor más popular entre la juventud israelí. Keret comenzó a escribir en 1992 y desde entonces ha publicado cuatro libros de cuento, una novela, tres libros de cómic y un libro para niños. Sus libros han sido best sellers en Israel y han recibido los elogios de la crítica internacional. Ha sido traducido a dieciséis idiomas, incluyendo el coreano y el chino.

Comentario sobre el cuento:
puedo decir sobre este cuento que la estructura y la creatividad en hacerlo por parte de keret fue lo que mas me llamó la atención, ya que es un cuento que sale de la cotidianidad para mostrarnos un cuento con lo peculiar del contexto en el que se ddesarrolla.

Mi interés fue hacia los diversos personajes que entraban en la habitación y lo raro que se comportaban por buscar un cuento, y la agresividad con la que lo hacian.

Pienso que la idea no debio de ser compleja a la hora de hacer su cuento, pero me gustó, como lo mencionaba antes su creatividad por hacer un cuento de una situación en la que se desenvolvia keret.

El cuento me provocó misterio al descubrir que keret era el personaje del cuento y que en esos instantes tal ves estaba creando el cuento, enmedio de la hostilidad, o que tal vez sentado, solo se le ocurrio inventar personajes que tocaban a su puerta.

Mildret Meredit Ramírez Alarcón.
facultad de administración.

Unknown dijo...

"De repente un toquido en la puerta"
Etgar Keret
lo que yo podria mencionar de este autor es que es un escrito de cuentos cortos e historietas, con una narrativa sencilla y léxico pobre, pero con temáticas interesantes, referidas a la vida cotidiana en Israel, lo que le ha valido un gran éxito en su país.
para mi nos enganchó a este imaginativo e irreverente escritor israelí.
De repente un toquido en la puerta hilvana un cúmulo de historias, personajes entrañables y situaciones hilarantes y al mismo tiempo desconcertantes que caracterizan a los breves pero contundentes relatos de Etgar Keret. En el relato un hombre para mi presumiblemente sea el autor este,se ve asediado por extraños que golpean la puerta de su casa y lo obligan a punta de pistola, porque en su país el autor asegura que todo hay que hacerlo a punta de pistola a contarles un cuento. Como todo gran narrador, Keret te habla de muchas cosas al mismo tiempo; muchas cosas que son tangenciales, complementarias a la trama o que incluso la trascienden. Se me ocurren varias con respecto a este relato pero creo que la magia de este autor radica precisamente en que logra inocular un significado diferente y único en la mente de cada uno de los lectores que se acercan a él. a mi el cuento me gusto mucho ya que es muy cautivador pero sobre todo agradable, puesto que cuando Keret está a una señal de contar la historia de repente un toquido en la puerta,y pues este hecho es el que entorpece que él no narre a los personajes el cuento, pero esto a su vez va haciendo que la historia continúe.

Diana Sabina Cuevas Hernandez
Facultad de Contaduria y administracion

Marco Antonio García Laguna dijo...


"De repente un toquido en la puerta", Etgar Keret

Etgar Keret es un escritor de cuentos cortos, guionista de televisión y director de cine israelí, es considerado el máximo exponente de la narrativa moderna en hebreo.

Este cuento me parece muy original, el autor tuvo mucha creatividad para hacerlo. La manera en que lo narra es muy fantástica y hace que el autor se adentre en él y le sea fácil de comprender. Con esto el autor da a entender que todas las personas somos capaces de escribir algo, solo es cuestión de pensar un poco y plasmar nuestras ideas. El ambiente en el que lo desarrolla se me hace el más adecuado para este cuento, en general está muy bonito y me encanto haberlo leído.

Marco Antonio García Laguna
Facultad de pedagogía.

Armando Jesus Marquez Alvarez dijo...

"De repente un toquido en la puerta" Etgar Keret

Sobre Etgar Keret:
Keret nació en Ramat Gan, Israel en 1967, de raíces polacas.
Es un escritor de cuentos cortos, guionista de televisión y director de cine israelí, considerado el máximo exponente de la narrativa moderna en hebreo, por su empleo del lenguaje corriente para contar historias donde la vida cotidiana, el humor negro, el surrealismo, lo grotesco y lo infantil forman parte de un mismo universo.

Sus cuentos, consumidos masivamente en Israel por un público mayoritariamente adolescente, se han traducido a más de diez idiomas.

Comentario sobre el cuento "De repente un toquido en la puerta"
Me gusto el cuento, la principal idea que atrajo mi atención fue que en el cuento intervino mucho la violencia, y la tranquilidad del autor respecto de la violencia de los personajes.

me interesó mucho la actitud de los personajes, como podían hacer todo con tal de obtener un cuento, y ¿cúal sería la razón por la que estan tan ansiosos o histericos por un cuento de Keret? ese es mi interés, el porque llegar a esos limites, cual sería el contexto en el momento del desarrollo del cuento.

El cuento me provoca incentidumbre mas que otra cosa, pienso que el autor debio tener alguna fuente de inspiración o una imaginación y creatividad para mezclar un cuento con una situación interesante y mezclarlo con la agresividad de los personajes.

El cuento me hizo sentir curiosidad en que pasaría con keret y si alguien mas habría tocado a la puerta, en que terminarían los personajes cuando finalmente obtuvieran su cuento, o si dejaran de tocar la puerta ¿cual sería el desenlace para el repartidor y los demás demandantes del cuento?

Armando Jesus Marquez Alvarez
Facultad Administración

Antony Alan García dijo...


"Acuérdate", Juan Rulfo

Es un escenario desarrollado en el siglo XIX por la cuestión de que ya había mercados e iglesias y plazas como un pequeño poblado, la familia en eso tiempos era dispersa, les faltaba valores cada la señora con seudónimo como la berenjena, ella pues por la falta de educación de esos tiempos, en su núcleo familiar, la hacía que en cualquier hombre con el que estaba tuviera hijos. Por la parte de la narración en general es un clásico “chisme” así conocido en nuestro país entre personas sobre un asesinato ó sea, el de Nacho Gómez que fue la aparte principal por lo que se suscitó el relato completo.

(Juan Rulfo Sayula, México, 1918 - Ciudad de México, 1986) Escritor mexicano. Juan Rulfo creció en el pequeño pueblo de San Gabriel, villa rural dominada por la superstición y el culto a los muertos, y sufrió allí las duras consecuencias de las luchas cristeras en su familia más cercana (su padre fue asesinado).

“De repente un toquido en la puerta“ Etgar Keret

Es un cuento inspirado en la situación de las personas, como algo tan sencillo puede hacerse algo muy completo y algo de arte para los lectores, es muy agradable ver ¿cómo? de algo tan cotidiano con un poco de fantasía puedes hacer una maravilla.Keret, escribió sobre la situación de personas tan distintas: un sueco enojón, un repartidor de pizas, y un encuestador. Yo creo que el escenario de keret en ese momento eran guerra en el oriente, hambre de pizza y una simple persona que trabaja encuestando, algo tan típico de un día normal y queriendo salir de la vida diaria espantosamente hermosa que todo humano vive.

(Etgar Keret es un escritor de cuentos cortos, guionista de televisión y director de cine israelí, considerado el máximo exponente de la narrativa moderna en hebreo, por su empleo del lenguaje corriente ... Wikipedia
Fecha de nacimiento: 20 de agosto de 1967 (edad 45), Ramat Gan
Cónyuge: Shira Geffen
Hijos: Lev Keret
Padres: Efraim Keret, Orna Keret)

Antony Alan García
Licenciatura en Contaduría


Karina flores castillo dijo...

“De repente un toquido en la puerta”
Etgar Keret
Me identifico con esa parte del cuento en la que dice que él escribe cuentos, no los cuenta, eso nos pasa a muchos, muchos escriben libretos para novelas, pero no actúan, frecuentemente me pasa eso a mí, en fin ha de ser muy incómodo contar un cuento a la fuerza cuando un hombre t está apuntando con una pistola, el nerviosismo hace que no te concentres y que no puedan fluir las ideas para contar algo creativo, y después con dos personas con un arma, y después con tres personas, que nervios y que miedo.
A decir verdad desde mi percepción siento que el cuento que trataba de contar el narrador se iba haciendo real, sus palabras tenían magia y por eso se convertían en realidad, es por eso que llegaban más personas a su casa, y cada vez que el dijera “de repente un toquido en la puerta” iba a llegar una persona más”


“Acuérdate”
Juan Rulfo
Esta lectura me hace pensar en dos ancianos que están recordando su juventud, y claro con los achaques de la vejez no siempre pueden recordar todo, y nunca falta el viejito necio que si recuerda cada instante de su vida y quiere a como dé lugar que el otro también lo recuerde.
Quien tiene abuelos aun, seguramente ha vivido en carne propia o escuchado a sus abuelos decir “acuérdate” de….., y los dejados la verdad nunca recordamos de las cosas que nos hablan.
Y al mismo tiempo es muy bonito ver como las personas de la tercera edad recuerdan a perfección sus vivencias, y sobre todo recuerdan mucho a las personas que conocieron durante toda su vida.

Karina Flores Castillo
Facultad de Contaduría y Administración